Sin asfaltar, vestido de acero de última moda, derruído, resucitado, modernizado…El Mercado de la Cebada ha sido, es y será el corazón de nuestro barrio de La Latina. Nuestro mercado es todo un superviviente de las leyes, de las modas y de mucho mucho tiempo. Y ahí está, presidiendo antes de lo que cualquier vecino puede rememorar, la plaza con la que comparte nombre.
UN MERCADO IMPROVISADO
Como se suele decir «antes todo esto era campo» o al menos no había más que caminos polvorientos. A principios del siglo XVI, la llamada Plaza de la Cebada era un escenario multiusos perfecto para todo tipo de actividades como ferias, ejecuciones, procesiones y como no, un mercado. Entre calles sin asfaltar, la plaza era punto de encuentro para la venta de cereales, legumbres y tocino por parte de los labradores de la zona. Se dice que en la plaza se realizaba el reparto de la cebada para las caballerizas reales, los regimientos de Caballería y para otros usos, de ahí su nombre.
UN MERCADO «PARISINO»
Sin embargo la venta callejera no era una práctica muy higiénica, así que con el fin de paliar la insalubridad de los productos vendidos en estos puestos y como parte de la reforma urbanística de Mendizábal, el Ayuntamiento acordó en 1868 la construcción de una serie de mercados que abasteciesen a la población madrileña. Uno de ellos fue por supuesto, nuestro Mercado de la cebada.
El arquitecto encargado, Mariano Calvo Pereira, se inspiró en las estructuras de hierro y cristal de la arquitectura de moda en París. El edificio resultante daba cobijo a una actividad comercial que pasó de itinerante a permanente. Tenía una gran cubierta ventilada de chapa sobre estructura metálica con altos ventanales que procuraban la iluminación natural. Además de ser mucho más adecuado para la venta de alimentación, el nuevo mercado supuso la nota de modernidad que la sociedad madrileña de la época demandaba. Este mercado fue inaugurado en 1875 por el rey Alfonso XII y se convirtió en el mercado más importante de la ciudad de Madrid a principios del siglo XX.
UN MERCADO CON CÚPULAS
Pero en los años 50, Madrid había crecido, las instalaciones y los equipamientos se habían quedado algo anticuados y no cumplían con las condiciones higiénicas necesarias . Así que en el año 1956 el Mercado de la Cebada sufrió un derribo y fue sustituido por un nuevo mercado más innovador hecho de hormigón y ladrillo y coronado con sus características seis cúpulas. Este nuevo mercado se convertiría entonces en un mercado de barrio y en el símbolo de La Latina.
UN MERCADO REINVENTADO
En los ochenta, otras formas de comercio y de instalaciones comenzaron a afectar a su estructura y rendimiento y en el año 2009 el edificio fue propuesto para derribo. Sin embargo, gracias al colectivo Boamistura y el mecenazgo de J&B, el Mercado puede presumir hoy de un look personal. Sus cúpulas se han convertido en una de las mayores obras de arte urbano del mundo y sus numerosos eventos y actividades, han hecho que el Mercado de la Cebada, El Mercado de La Latina, sea un símbolo castizo a la vez que una apuesta por la cultura y la vanguardia.
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[…] Historia de “El Mercado de la Cebada” en el blog de su web mercadodelacebada.com […]